¿Para quién es OCIA?
OCIA es para adultos interesados en iniciarse plenamente en la Iglesia Católica. Esto incluiría a cualquier persona que no esté bautizada o a una persona que haya sido bautizada en otra denominación de fe y desee convertirse en católica. También es para católicos bautizados que no han recibido la Eucaristía (Primera Comunión) y la Confirmación.Durante el período del precatecumenado, aquellos interesados en unirse a la Iglesia Católica son considerados “indagadores”. Su atracción por la verdad y la belleza de la enseñanza católica los ha llevado a desear saber más sobre la fe católica, tanto sus doctrinas como su práctica. Este es un momento para que los interesados reciban instrucción preliminar sobre el mensaje del Evangelio y las enseñanzas de la Iglesia. Es el comienzo de su viaje y el comienzo de la formación y fundación de la fe.
El Período del Catecumenado comienza con el Rito de Aceptación. Durante este rito, la comunidad parroquial da la bienvenida a los catecúmenos (aquellos que buscan el bautismo así como los demás sacramentos de iniciación) y a los candidatos (aquellos que han sido bautizados en otra fe cristiana y buscan la plena comunión con la Iglesia católica) en el período oficial de preparación. Durante este ritual, los catecúmenos y candidatos reciben la señal de la cruz en todos los sentidos, manos y pies como símbolo de la nueva dedicación de ellos mismos a Cristo y al camino cristiano. Expresan públicamente su intención de seguir a Cristo y responder al llamado de Dios. El período del catecumenado es un tiempo para una instrucción y un aprendizaje más profundos sobre las enseñanzas y las tradiciones de la Iglesia. Los candidatos fueron animados a desarrollar su vida espiritual y de oración. "Esta catequesis conduce a los catecúmenos no sólo a un conocimiento adecuado de los dogmas y preceptos, sino también a un sentido profundo del misterio de la salvación en el que desean participar"[3].
Hay dos ritos importantes que tienen lugar durante el período del catecumenado: el “Rito de Envío” y el “Rito de Elección (los no bautizados)” o “Llamado a la Conversión Continua (los ya bautizados)”. Estos ritos marcan el final del período del Catecumenado.
La intención de estos Ritos es aquella en la que la Iglesia en su conjunto, representada por el Obispo, reconoce la preparación del catecúmeno o candidato y lo envía oficialmente a recibir los sacramentos de iniciación en la Vigilia Pascual.
El período de Purificación e Iluminación coincide con la temporada de Cuaresma y es el período final que precede a la iniciación de los elegidos y candidatos en la Iglesia Católica en la Vigilia Pascual. Durante este período, los elegidos y candidatos se unen al resto de la Iglesia en penitencia y sacrificio mientras se preparan espiritualmente reflexionando especialmente sobre el proceso de purificación y conversión.
El tercer, cuarto y quinto domingo de Cuaresma, los elegidos se someten a tres “escrutinios”. Estos son ritos destinados a fomentar la autorreflexión, el arrepentimiento, la curación espiritual y una conversión más profunda. Los escrutinios están orientados a fortalecer a los elegidos en su determinación de dejar atrás los caminos pecaminosos y encomendarse enteramente al amor de Dios y a la vida nueva en Jesucristo.
Este período concluye con la recepción de los Sacramentos de Iniciación en la Vigilia Pascual. Este no es el final sino el comienzo de su nueva vida ¡Yo Cristo!
Esto se traduce de las palabras griegas que significan “conducir a través del misterio”. Este período final sigue a la celebración de los sacramentos de iniciación. Es un tiempo de reflexión durante el cual los nuevos católicos pueden meditar sobre su iniciación y buscar profundizar su comprensión de la fe cristiana y su forma de vida a través de la nueva experiencia de ser miembros plenamente practicantes de su comunidad católica.